Juan Martín nació en la Palmilla, Málaga,
en el seno de una familia pobre.
Creció con el amor de su madre,
el cariño de sus hermanas,
y entre la droga que se vendía en su portal.
A los cinco años entró en el colegio,
a los doce en el instituto,
y a los quince en el reformatorio.
Su infancia arrebatada a los once años,
cuando robó un bolso.
Con veintidos años deambula por la vida,
sin una meta, un objetivo, un destino.
¿Cuál era el camino correcto?
se pregunta a sí mismo,
al jóven muchacho abatido y cansado
que no puede hacer más que lamentarse.
Él le aconsejaba a su hijo
que no cometiese los mismos errores,
que aprovechase cada oportunidad,
cada favor que le diera la vida.
Porque él... Juan Martín, todo lo que había conseguido
con su falta de interés por la vida,
con su manera de actuar,con todas las noches en la calle
cuando apenas era un crío,
con las ausencias en la escuela,
era una chabola en un descampado
y un día a día recogiendo chatarra.
Ahora, ya viejo y cansado,
espera a que la dulce muerte
venga y lo lleve de la mano,
para salvarlo de este mundo y esta vida cruel.
sábado, 7 de febrero de 2009
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