sábado, 7 de febrero de 2009

Cintia - Noticia del periódico

Un hombre mata a su madre y recorre el pueblo
con su cabeza en la mano.



Tomás era una de las muchas personas en el mundo que padecía una grave enfermedad mental, Esquizofrenia. Era una persona agradable, su estado de ánimo y humor cambiaba constantemente pero en el fondo era un buen hombre.

Él vivía con su madre, a pesar de tener ya 32 años. Tomás tenía miedo a las relaciones estrechas con personas que no eran de su entorno.

Catalina, la madre de Tomás, vivía sólo para él, lo cuidaba y lo protegía, tal vez lo protegía demasiado.

Tomás era un hombre acomplejado de si mismo, le daba vergüenza que la gente supiera cómo era de verdad, qué hacía y cómo vivía. Su mente creaba constantes fantasías haciéndolas su propio mundo, no vivía ninguna realidad, vivía siempre con pequeñas obsesiones.

Estando un día en el salón viendo una película de terror en la televisión empezó a sumergirse en su mente creando una fantasía, creía que hablaba con las personas que salían en la película, adentrándose en ella.

Tomás estaba temblando y sudando, agarraba fuertemente la funda del sofá, sólo quedaban él y su compañero vivos, debía acabar aquello, no podía permitir que la señora Fireman matara a su compañero, pues él era el protagonista.

Tomás empezó a mirar a su alrededor, cuando de repente se quedó inmovil, pues vió a la señora Fireman en la puerta de la cocina de aquel enorme castillo, con un enorme cuchillo en la mano, mirándolo fijamente con los ojos tan abiertos que hasta se le podía ver el iris completamente.
Tomás dio unos cuantos pasos hacia atrás mientras la señora Fireman avanzaba velozmente hacia él con una sonrisa diabólica.
En ese momento su compañero dijo - ¡Corre, mátala! ¿a qué esperas? ¡corre Tomás! ¡Mátala!

Tomás debía actuar, la suerte estaba de su parte pues la señora Fireman tropezó, era su oportunidad, de un tirón le quitó el cuchillo, agarró a la señora Fireman y poco a poco y con todas sus fuerzas, la degolló. Tomás había vencido, otra vez los buenos ganaban. Poco a poco su fantasía se iba convirtiendo en realidad. Dejó de estar en ese enorme castillo tenebroso, su compañero había desaparecido, Tomás se encontraba en el salón de su casa. Empezó a sudar, estaba asustado por la pesadilla que acababa de vivir pero en parte se sentía triste porque nadie sabría que él fue el héroe que derrotó a la asesina de la señora Fireman.

Tomás comenzó a andar pero tropezó con algo en el suelo, algo salió rodando hacia una esquina del salón. Tembloroso se acercó y vió la cabeza de su madre, al darse cuenta de lo que había hecho rompió a llorar, tenía los ojos rojos, nunca en su vida había llorado tanto como aquel día.
Cogió la cabeza y la cobijó entre sus manos, salió a la calle de su pueblo, comenzó a andar hasta la plaza principal mientras decía:
- Tranquila mamá, ya ha pasado todo, ahora estás conmigo, yo te cuidaré.

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