viernes, 6 de febrero de 2009

Lupi - Foto de muchacha con rosa


Yo pensaba que ella sentía unas ganas de vivir desgarradoras pero desafortunadamente no fue así, la muerte se la llevo y yo no le pude ayudar.
Dejo una carta a sus padres y otra a mí, en efecto, se suicido tirándose de un tercer piso en plena luz del día cayendo sobre la acera de la calle desplomada y sin vida , supongo que ya no podía más y no reparo en pensar en otra salida.
Ahora solo logro recordar una tarde junto a ella, estaba lloviendo a cantaros y yo estaba sentada bajo el portal de su casa era domingo y como era habitual en mi venia de visita pues el aburrimiento me consumía por dentro.
La llame como me gustaba a mí, tirándole piedrecitas a la ventana como en las películas de amor, se asomo dejando ver sus delicadas manos que eran rociadas por la fina lluvia y con un gesto me indico que subiera.
Su casa tenía un olor horrible como a viejo que ella camuflaba muy bien distribuyendo en todos lados un par de velas y algunas que otras barras de incienso con una fragancia a rosas muy intensa.
Aquel día fue el mejor que recuerdo a su lado y el más feliz sin duda, bajamos a la calle a comprar un paquete de tabaco y al intentar subir nos dimos cuenta de que se nos había olvidado las llaves arriba y aun así nos reímos y caminamos bajo la espesa lluvia, que nos hizo abrazarnos cariñosamente para poder soportar el frío aunque yo no sabía que corazón ya se había helado.

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